
INTRODUCCIÓN
En un mundo marcado por crisis sanitarias, sociales y humanitarias, la salud mental ha dejado de ser un tema periférico para convertirse en un pilar esencial de la dignidad humana.
El 10 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos, conmemoramos, no solo los avances en la defensa de la libertad y la igualdad, sino también el derecho de todas las personas a vivir con bienestar psicosocial, sin estigma, discriminación ni exclusión. Este foro reúne a líderes, expertos, personas con experiencia y defensores de derechos humanos.
OBJETIVOS
1) Reafirmar que la salud mental es un derecho humano fundamental, no un privilegio.
Recordar que el bienestar emocional y psicológico debe ser garantizado para todas las personas, sin distinción. La salud mental no puede depender de factores económicos, sociales o geográficos; debe ser reconocida como parte esencial de la dignidad humana.
2) Exigir políticas públicas inclusivas, accesibles y basadas en evidencia científica.
Promover que los gobiernos adopten medidas que respondan a las necesidades reales de la población, con servicios disponibles para todos. Esto implica programas sustentados en datos, investigaciones actualizadas y prácticas efectivas, evitando enfoques improvisados o discriminatorios.
3) Promover enfoques centrados en la persona, la comunidad y la justicia social.
Impulsar modelos de atención que respeten la individualidad, la participación activa de las comunidades y la eliminación de desigualdades. La salud mental debe abordarse desde una perspectiva humana, culturalmente pertinente y con enfoque de derechos.
4) Impulsar la implementación efectiva del derecho a la salud mental en los marcos nacionales e internacionales.
Asegurar que los compromisos adquiridos por los Estados se traduzcan en acciones concretas: leyes claras, sistemas de apoyo sólidos, financiación adecuada y mecanismos de seguimiento. No basta con declarar el derecho; es necesario hacerlo realidad para todas las personas.





